Emblema Miles Lvcis nº. 110

Masonería en Avilés: la logia La Justicia 1879-1880

Publicado el 11 de junio de 2025

Antigua fachada de la Logia La Justicia en Avilés

Con motivo de la invitación de la Asociación CULTURIAS de Avilés, he realizado esta ponencia sobre la masonería en Avilés, cuya implantación se circunscribe al siglo XIX, con la presencia de dos logias, y un pequeño triángulo masónico en el siglo XX; por tanto dejo el texto de lo expuesto para conocimiento general.

Casi todo lo que se ha escrito sobre la masonería en Asturias, por lo general se ha referido a las logias establecidas en Oviedo, Gijón y en la zona del Oriente de Asturias, aunque existen algunos estudios parciales sobre el establecimiento de talleres repartidos por la región sobre su implantación y desarrollo en el siglo XIX.

El primer trabajo que nos llega sobre la masonería avilesina es a través de la historiadora Victoria Hidalgo, cuyo texto fue ganador del IV Premio Uría Riu, y en el cual exponen las dos logias con las que contó Avilés durante el siglo XIX.

Lo cierto es que no se entiende muy bien que una ciudad con una idiosincrasia tan particular y peculiar como Avilés tuviera tan corta relación con las ideas hiramistas, y lo que resulta más extraño es que llegado el siglo XXI mereciera tan poca atención por parte de los estudiosos del tema, más allá de algún trabajo cuasi que desconocido,4 pero tal vez lo escaso de la documentación habida en Salamanca hiciera poco atractivo el acercarse a la implantación masónica avilesina

En ese sentido las logias5 que se localizan en Avilés son dos: La Justicia y Concordia, las cuales desarrollaron sus trabajos entre los años 1879 y 1888.

Hay que indicar que dichos talleres dejaron muy poca documentación, en parte debido a la desidia en la custodia documental de las propias logias, a lo que se han unido los diferentes avatares políticos y guerreros, así como el escaso valor que en España se le ha dado a las documentaciones, dándose el caso que en el Archivo de la Memoria Histórica de Salamanca, pues los papeles masónicos avilesinos son más bien escasos, aunque es digamos que la tónica general, al menos en cuanto a la documentación masónica asturiana del siglo XIX.

Se debe de tener en cuenta que la base y objetivo de esa documentación salmantina corresponde a la requisa policial por parte de los servicios policiales del franquismo para encausar a los distintos masones, por tanto, la documentación en general persigue ese objetivo buscar las pruebas de su membresía de cara a las responsabilidades con las que incurrían por la pertenencia a la masonería, que iban desde los tres años para el grado de Aprendiz, a los 12 años e inhabilitación e incluso pena de muerte para los Maestros que hubieran tenidos cargos o altos grados por lo cual la documentación es muy sesgada. En ese sentido del sesgo, indicar que había un estudioso de la vida local avilesina como Fernando Álvarez Balbuena,7 que en su momento abordó el tema masónico, pero obvió el estudio de las logias avilesinas, y sobre todo sus interesantes membresías, para embarcarse en especulación, alineándose en el antimasonismo español de larga raigambre este país.

Si bien la historia y documentación orgánica dejada por las dos logias avilesinas es más bien escueta, sin embargo, la nómina de miembros sí que da para una cierta especulación sobre esa abundante membresía que debió de tener una gran proyección en la villa del Adelantado, ya que los 65 miembros que tuvieron en su momento debieron de dejar una huella en la zona, y máxime viendo la huella que se registra tras unos ciento cuarenta años, pese al olvido en que han caídos todos esos hechos y personajes.

LOGIA LA JUSTICIA

Nombre/Apellidos Nombre simbólico Cargo en Logia Fecha del cargo Profesión Año en logia
Arias Carbajal, Armando Aranda Propietario 1879
Arias Carbajal, Froilán * Jovellanos Venerable 1879/1880 Abogado 1879/1880
Bango, Gregorio * Saavedra 1º Vigilante 1879/1880 Abogado 1879/1880
Baragaño, Dioniso Porlier Alférez Infantería 1879/1880
Beze, Ernesto Baynot Aplanador 1880
Bock, Erneste * Voltaire Vidriero 1880
Cuesta, Alejandro de la * Descartes Tesorero y ½ MC 1879/1880 Comerciante 1879/1880
Cueto González, José Argüelles Propietario 1880
Chevenot, Agustín Rousseau Comerciante 1880
Duque, Anselmo Lavoisier Empleado Aduanas 1879/1880
Fernández, Armando Calatrava Ebanista 1880
Fernández, Rafael Murillo Arquitecto Revisor 1880 Industrial 1879/1880
Ferreros, Ramón Arquímedes Fabricante 1880
García, Indalecio * Vicente Paul 2º Vigilante 1879/1880 Librero 1879/1880
García González, José Castelar Orador adjunto 1879 Industrial 1879/1880
García San Miguel, Eladio * Colón 2º Experto 1880 Abogado/Comerciante 1879/1880
García Somines, Benito Carpintero 1880
García Somines, David * Marx Ingeniero mecánico 1880
García Somines, Galo Belisario Industrial 1879/1880
Girard, Juan Bautista Enfantin Aplanador 1880
González, Timancio Padilla Limosnero 1880 Industrial 1879/1880
González García, José Garrido Guarda Templo 1880 Industrial 1879/1880
González Llanos, Francisco * Campomanes Estudiante 1880
Heres González, Agustín Camoens Secretario 1879/1880 Industrial 1879/1880
Ibarra, Ramón Cortés Propietario 1880
Javaloy, Louis * Acuña Empleado Aduanas 1879/1880
Lamboley, Louis * Petit Empleado Vidrio 1880
Linares, José Quevedo Secretario 1879 Empleado Aduanas 1879/1880
López Gutiérrez, Julián Pelayo Comerciante 1879
Martínez, Antonio Morse Empleado Aduanas 1880
May, Juan Urbino Ebanista 1880
Plaza Castaños, José * Anaxagoras Orador 1879/1880 Médico 1879/1880
Py, Joseph Hugo Aplanador 1880
Rodríguez Trabanco, Francisco Cicerón Comerciante 1880
Sicilia, Juan Manzoni Empleado 1879
Valle, Ángel del Prim Comerciante 1880
Vikel, Étienne * Fabricante 1880
Walter, Agustín Thiers M. Ceremonias 1880 Vidriero 1879/1880
Logia La Justicia: listado de miembros y cargos (1879–1880).

De esta logia se tiene constancia de su fundación y membresía por lo que se recoge del Boletín del Gran Oriente Nacional de España (GONE), estructura abajo cuyos auspicios se colocó dicho taller, que fue fundado el 22 de enero de 1879. En esos mismos momentos el GONE contaba desde 1872 con diversos talleres en Asturias: logia El Trabajo de Trubia, la logia Luz Ovetense (1874-1877, logia Nueva Luz (1877-1886), logia Razón de Gijón, (1878-1888), logia Amigos de la Naturaleza y de la Humanidad de Gijón (1879-1888), logia Fraternidad de Belmonte (1879), logia Antorcha Civilizadora de Navia (1879-1888), logia Estrella Benéfica de Luarca (1882), más tarde contará con la prestigiosa logia ovetense: Juan González Río en Oviedo, y en Gijón con la combativa logia Los Amigos de la Humanidad

La implantación del taller avilesino debió ser rápida pues se ignora como fue dicho levantamiento que suele ser costoso y algo lento en cuanto a la captación de miembros y trámites, tal vez esto se aligeró ya que en el cartel de miembros vemos que algunos de ellos tenían presencia en la labores hiramistas, ya que provenían de las logias gijonesas y de la industria del vidrio, esto último fue el detonante de la creación, al juntarse en una villa sin presencia masónica, y al hecho de juntarse una serie de efectivos masónicos dedicados a la industrial del vidrio.

En este caso, tenemos a Érneste Bock de simbólico Voltaire, este provenía de la logia Los Amigos de la Naturaleza y la Humanidad donde estuvo entre los años 1871-1875, luego está Étienne Vikel, vidriero francés nacido en noviembre de 1810 en Faurques (Francia) el cual ya había formado parte de la primigenia logia gijonesa, como Orador adjunto, cuyo taller terminó con todos sus miembros perseguidos y sus responsables en galeras, esta logia no era otra que el primer intento documentado de implantación de un taller masónico en Asturias: Los Amigos de la Naturaleza y la Humanidad, dependiente del Gran Oriente de Francia (GODF).

Esa dependencia es debida a que su fundador el catalán José Victory llegado a Asturias como intérprete a la instalación del ferrocarril de Langreo y siendo miembro de masonería francesa donde se incardinó entre los años 1851-1853, es pues la razón de esa original implantación.

Pues bien, este es el periplo masónico en el cual se incardinó Étienne Vikel, el cual va a seguir de forma paralela otro vidriero como Louis Lamboley, natural de Rouchael (Haute Saone), fabricante de los crisoles para la fundición y modelado del vidrio, el cual había trabajado en la fábrica de vidrio de otro importante masón como fue René Séllier.

La masonería en su implantación en Asturias, tras ese primer intento masónico de 1850, volvió a renacer con el Sexenio democrático, a cuya raíz se levantaron de nuevo los trabajos masónicos siendo la ciudad de Gijón la que primeramente vio levantarse las primeras logias: Los Amigos de la Naturaleza y Humanidad, en la cual trabajó Vikel entre los años 1871-1875, hasta pasar a formar parte de la nueva estructura de logia La Justicia, aunque no estará presente en la primera hornada fundacional, sino en la segunda incorporación correspondiente a 1880, su presencia en este taller deviene de estar ambos, Bock y Vikel, relacionados con el vidrio y la loza.

Al empezar a funcionar tales industrias en Avilés, tras el traslado o ampliación del sector a Avilés, eso conllevó la presencia de estos técnicos, belgas y franceses lo cuales habían venido desde sus lejanas tierras a la inicial industria que se localiza en Gijón que viene de la mano de los notables industriales extranjeros en Asturias en el siglo XIX.

En ese sentido, tenemos a un tal Froilán Arias Carbajal, posible hermano de Juan Arias Carbajal y Sama Fuertes, que en 1845 está constituyendo en Avilés, como parte del accionariado depositando 20.000 reales, una sociedad anónima que llevará el nombre de Fabrica de Vidrios de Avilés, es más este forma parte en 1847 del levantamiento de una escritura a nombre de la Sociedad Unión Vidriera con base en Avilés, aunque notarialmente se hace el levantamiento en Coruña, y cuya junta la forman industriales del vidrio y la loza gijoneses como Mariano Pola, Anselmo Cinfuentes y, Luis Truán, entre otros.

La arrancada de este taller La Justicia, digamos que no ex novo, si bien la mayoría eran miembros nuevos en cuanto a las prácticas masónicas, no deja de ser cierto que había un cierto núcleo que debió liderar sino la puesta en escena de la logias, si al menos encauzar los primeros contactos con otros talleres, y las distintas interrelaciones se dio el paso para forma una nueva implantación apoyada por las logias ya existentes en Oviedo o Gijón bajo la bandera del GONE.

La bandera de la captación de otros miembros debió de ser a través de los medios progresistas incardinados en los más diversos sectores, movimientos políticos, como el republicanismo, el medio socio-laboral o las asociaciones culturales.

En cuanto al taller avilesino tras su levantamiento, da un salto cualitativo, pues de unos iniciales veintiún miembros procedentes en su mayoría de la clase media avilesina, en su mayoría residentes en Avilés, y cuyas consideraciones se mantiene incluso un año más tarde, cuando en 1880 el taller masónico presenta en su registro anual de miembros activos, un aumento que coloca al taller en unos treinta y siete miembros.

Las profesiones de esta abultada membresía correspondían a un sector laboral diverso: industriales, comerciantes, empleados, abogados, y un médico…, sin olvidar a los miembros relacionados con la fabricación del vidrio.

La Justicia es una logia en parte compuesta a su vez por sagas familiares progresistas, bien oriundos de la zona o residentes en la villa de Avilés, como son los Arias Carbajal, donde encontramos a dos hermanos: Armando (propietario) y de simbólico Aranda, y a Froilán (abogado) alías Jovellanos,15 los cuales van a ser parte del núcleo fundador, siendo el abogado Froilán quien ocupe la cabeza jerárquica del taller al .

Con los Arias Carbajal, hay bastante lío documental, puesto que existe un Froilán Arias Carbajal nacido 7 marzo de 1846 cuyos padres serían Juan Arias Carbajal y Sama Fuertes e Isidora Peláez Villazón y Fernández Cigoña, los cuales tuvieron 10 hijos Froilán; Fernanda, Armando Bernabé (1848), Armanda María; Aurea; María del Carmen; Armando Juan Nepomuceno; Alejandro y Fernando. Esta familia estaba emparentada con el Marqués de Teverga y de Pinar del Río, y como había explicado antes, en ese mismo año de 1847 en Coruña hay un tal Froilán Arias Carbajal, pidiendo junto a otros industriales asturianos proyectos industriales relacionados con el vidrio.

De este Froilán, nos habla El Españolito en su texto sobre los refrentes asturianos, y nos dice que nació el 7 de marzo de 1846.

«Dominado por una natural inclinación a la carrera de las armas y preparado para seguir estos estudios, ingresó muy joven en la Academia de Artillería de Segovia, siendo uno de los alumnos que corrieron el peligro del incendio voraz que en marzo de 1862 destruyó una buena parte de este bello edificio – fortaleza.

Convencido pronto de que no era ésa su verdadera vocación, abandonó la Academia militar y cursó los estudios de la Facultad de Leyes de la Universidad de Valladolid, en la que fue investido de licenciado en Derecho Civil y Canónico.

Por los años anteriores y posteriores a la revolución de septiembre de 1868 militó como uno de los elementos más activos y entusiastas en las filas republicanas de la ciudad y fue presidente de la Juventud Republicana constituida allí.

Hombre de muy despierta inteligencia y dotado de gran afán por el estudio, acopió una extensa ilustración general, afirmada después de concluida la carrera con viajes por el extranjero, especialmente por Francia.

Se estableció más tarde en Avilés, donde tuvo abierto bufete de abogado, que supo acreditar en la defensa de alguna célebre causa en la Audiencia de Oviedo. Tiempo después fue nombrado secretario del Juzgado municipal de esa villa, cargo del que se posesionó el día 9 de marzo de 1880, y dedicado a esa ocupación, bastante retraído de las luchas políticas que le entusiasmaron de joven, vivió muchos años, hasta su fallecimiento. También ejerció durante algunos años de profesor de Historia en el Colegio de la Merced, de segunda enseñanza, dirigido por don Domingo Álvarez Acebal.

Ese retraimiento suyo lo llevó al extremo de no haber querido aceptar distinguidos cargos políticos que le fueron ofrecidos. Según nos comunica su sobrino don Froilán Vázquez, se hizo cónsul del Paraguay, solamente por tener a buen recaudo documentos y correspondencia que sería peligrosa en aquellos tiempos de persecuciones a toda idea liberal.

De sus actividades de escritor, que tal vez fueran copiosas, solo sabemos que ha colaborado en algunos periódicos avilesinos liberales (liberales, entonces), tales como el semanario La Luz de Avilés y el Diario de Avilés, sucesor del primero desde 1890. Sus temas predilectos eran los histórico-sociales. Falleció en Avilés el 5 de diciembre de 1923».

Otro de los primeros miembros de la masonería avilesina, es Alejandro de la Cuesta Galbán de simbólico Descartes, que ejercía el cargo de Tesorero y Maestro de Ceremonias. Este comerciante chocolatero, tenemos noticias de él al encontrarle presentando sus productos en la Exposición de Viena de 1875, de donde se trajo un Diploma de Mérito., este es posiblemente un miembro de la extensa saga de la famosa saga de la Cuesta naturales de San Pedro Carcedo, y vinculados por residencia con Gijón donde se establecieron como fabricantes de bicicleta, e incluso ligados a la fotografía, y como no a la masonería.

Dentro de las piezas importantes del tablero logial y ejerciendo como 1º Vigilante, con la función de encargarse de Compañeros (2º) de la logia, fue Gregorio Bango, uno de los fundadores de la Escuela de Artes y Oficios de Avilés en 1879, y cofundador de la Sociedad de Amigos del Arte en 1923, y cuya familia tenía negocios en ambos lados del Atlántico.

La función de control de los aprendices masones (1º) es el que desarrolla el cargo de 2º Vigilante, cuyo labor desempeñó durante los dos años que tenemos constancia del funcionamiento del taller 1789-1880, fue Indalecio García, de simbólico Vicente de Paul, el cual se consigna en el listado de miembros de la logia, profesionalmente como librero-encuadernador, de este miembro tenemos noticias debido a la constancia del pedido para la librería que regentaba del libro Memorias de un clérigo pobre 24que escribió José Ferrandiz Ruiz, ex sacerdote, aunque la obra se publicó bajo el seudónimo de Constancio Miralta, y cuyo texto prologó el librepensador Ramón Chíes, lo cual nos lleva a vincularlo con los sectores republicanos y librepensadores.

El Orador de la logia para ambos años, fue el médico José Plaza Castaños de simbólico: Anaxágoras, formado en la Universiada Central de Madrid, donde se doctoró con la tesis: Fisiología de la médula espinal, presentada en 1876.

Este ocupó cargos políticos de subdelegado de Sanidad del Estado, aunque por lo general se le tiene como un pionero en la investigación médica ya que además en 1887 traduce y publica en España una obra del Dr. Bernheim sobre hipnosis que tendrá por título: 'De la sugestión y de sus aplicaciones a la terapéutica, es autor de las siguientes obras: Instrucción popular sobre la vacunación y revacunación’ e ‘Instrucción sobre el cólera asiático, ambos textos publicados en 1882, y ‘Memoria del análisis cualitativo y cuantitativo de las aguas potables de Avilés’ (1897).

Finalmente, como Secretario de la logia estaba José Linares, de simbólico Quevedo, empleado de aduanas, que por cierto pertenecientes a esta institución habrá otros cuantos masones incardinados en la logia La Justicia: Antonio Martínez, el joven alicantino, Modesto Javaloy, Anselmo Duque, los cuales aparecen y desaparecen del taller o talleres asturianos, en función de sus diversos traslados, a finales de 1880 Javaloy ocupa la plaza de administrador en la aduana de Tuy.

Entre la membresía logial estaban los hermanos García Somines: Galo, Benito, y David, los cuales como empresarios instalarán un teatro en Avilés, ya que además dicha saga tenía negocios textiles en Cuba.

En cuanto a este tipo de personalidades avilesinas del siglo XIX, por lo general son muy difíciles de realizar un cierto seguimiento a cerca de los distintos aspectos de su vida, por ejemplo, a David García Somines se le va encontrar como fundador del Tranvía de Vapor de Avilés en 1897, y participando como cofundador y presidente de la Asociación de Amigos del Arte en 1923 y como no, como concejal del ayuntamiento de Avilés, pero no parece que eso tenga mucha relevancia dada la escasez de datos al respecto.

Actuó así mismo como secretario de la Junta Avilesina de Defensa de Cuba (1896) en la que estaban como presidentes honorarios los marqueses de Pinar del Río, Teverga, y Vega de Anzo, y como activo político Nicolás Suárez Inclán, ejerciendo como presidente ejecutivo al comerciante Santos Fernández, siendo vocal Eladio Garcia San Miguel Zaldúa, 28 industrial con peso en la fábrica de curtidos Maribona (la Curtidora) y la azucarera donde compartía capitales junto con otros familiares y renombrados industriales y accionistas como los Maribona, o el marqués de Vega de Anzo.

Eladio García San Miguel no fue solo un hombre de negocios, sino que se le encuentra, por ejemplo, presidiendo en 1900 la Banda de Música La Industrial, que debía depender a su vez de la Sociedad Avilés Industrial que habían creado los hermanos Maribona, Fermín Vior y Travieso, Fermín García López, Juan Oria Ruiz, Santos Arias, Ramón Suárez, José Alvers, Benito González y José R. Maribona y el propio Eladio García San Miguel.

Con respecto a Eladio García San Miguel Zaldúa, suceden cosas paradójicas, en la recolecta de las sagas familiares de José García San Miguel López y Eusebia Zaldúa, solo aparecen Julián (Marqués de Teverga), aunque en la esquela de Eladio García, de diciembre de 1919, aparece habiendo sido Diputado Provincial de Oviedo, y sin embargo es difícil encontrar alguna cita al respecto, y pocas son las que citan como propietario de la medalla de la Gran Cruz de la Real Orden de Isabel la Católica que le fue concedida en 1887.

Otro caso curioso es el de Francisco González Llanos, que le tenemos en la logia dedicado a las labores de estudiante de derecho, en cuya carrera se licenció en Derecho Civil y Canónico un años más tarde de haber afiliado a la logias avilesina.

Este era un natural de Avilés hijo Francisco González Llanos y de Petra Suárez Solís y Ovies, y en cuya ciudad nada más licenciarse abrió un bufete de abogado, a la vez que desempeñaba el cargo de fiscal del juzgado municipal, un poco más tarde pasó a desempeñar la labores de juez, lo cual no le impidió fundar y seguir con la edición de El Centinela (1884-1888).

Con los ecos de la Revolución de 1868, y la Restauración va surgiendo una prensa ideologizada en varias direcciones, que deja hueco para lo satírico y festivo, cuya primera muestra efímera será El Caustico, semanario satírico de 1884, en el colabora bajo el seudónimo de Justo Conciencia.

Dicho masón de simbólico Campomanes, participó tambien en la logia Nueva Luz de Oviedo en 1886 desde la cual pasó a engrosar las filas de la masonería avilesina, falleciendo en 1890.

Se dice entre los que nos dedicamos a esto de la historiografía masónica, que un clavo saca otro clavo, y de ese modo y a través de los proyectos editoriales avilesinos, encontramos a Julián López Gutiérrez en cuyo cuadro lógico masónico, la actividad profesional que se consigna como comerciante, sin embargo, será Constantino Suárez, El Españolito, quien nos aporte cabal radiografía de quien era realmente este hiramista: Escritor y periodista, nació en Avilés el 17 de febrero de 1854, hijo de don José de esos apellidos y de doña Perfecta Blanco Baragaña, naturales del concejo de Pravia.

Julián, después de cursar la enseñanza elemental, continuó sus estudios en el Seminario de Valdediós (Villaviciosa) y después en Deusto (Bilbao). Se sabe que viajó por algunos países europeos, aprendiendo los principales idiomas modernos. Posteriormente residió por espacio de algunos años en Cuba, donde parece que comenzó a colaborar como cronista y cuentista en algunos periódicos habaneros, regresando de nuevo a su ciudad natal, para desarrollar las actividades periodísticas como colaborador del semanario que había montado Francisco González Llanos: El Centinela, fundado en junio de 1884 y que sobrevivió durante unos cuatro años, pero del cual no se conoce ningún ejemplar, luego el mismo Julián López fundará otro semanario de carácter satírico bajo el título de El Cáustico que se editó durante varios meses y el que colaborará su compañero de bancada Francisco González Llanos.

Una labor como colaborador que va a perpetuar junto José Benigno García, bautizado como “Marcos del Torniello” que habiendo fundado el semanario El Vigía, en julio de 1889, tuvo a Julián López como el más asiduo colaborador y director en las ausencias del titular de pluma ágil y polémica publicó un suelto El Vigía , de tono injurioso al menos al parecer de alcalde de Avilés, que costó al director un proceso ruidoso, en el que la petición fiscal sumaba más años de presidio por delitos acumulados que una condena perpetua; pero, al fin, el proceso quedó en una causa sobreseída, luego Julián pasó a colaborar en El Diario de Avilés.

Mas tarde trasladada su residencia a Oviedo hacia el año 1894, escribió para varios periódicos de esta ciudad. Solía emplear el seudónimo de Henry.

Siguiendo con los miembros de la logia La Justicia, encontramos a Joseph Py Grinier, un oriundo de Alsacia, que además de vidriero y masón en la logia Amigos de la Naturaleza y la Humanidad de 1873, y que pasará a la logia avilesina al trasladarse a trabajar a la industria vidriera avilesina, y siendo un amante del dulce, fue capaz de amasar y remover harinas con manteca como se hacía en su tierra y lograr un punto de una masa suave y elástica, con la que luego hacía bolas o bombas, que en Gijón fueron conocidas como «bombas de Berlín», las cuales rellenaba con crema, mermelada o nata montada .y en vez de cocerlas, la freía en aceite muy limpio y a temperatura ideal para estos menesteres, ni templada ni hirviente, dice la leyenda que las inventó un panadero de origen alemán por aquello de satisfacer a su rey Federico el Grande.

Otro de los miembros que nos puede pasar desaparecido es el propietario Ramón Ibarra, de simbólico Cortés, sin embargo, fue el promotor unos años más tarde de entrar en logia, de la llamada Perla del Cantábrico, que en 1887 junto con Bonifacio Bobes levantan en la playa de Salinas el primer balneario, compuesto de treinta cuartos para los baños y casetas sobre ruedas para los baños de olas, unos años más tarde al cambiar de propietario pasará pues eso, a denominarse Perla del Cantábrico.

Se dice en la historiografía masónica que un clavo saco otro clavo, lo que hace que nos encontremos a Julián López Gutiérrez en cuyo cuadro lógico, se consigna su actividad profesional como comerciante, sin embargo, será Constantino Suárez, El Españolito, quien nos aporte cabal radiografía de su quehacer: «Escritor y periodista, nació en Avilés el 17 de febrero de 1854, hijo de don José de esos apellidos y de doña Perfecta Blanco Baragaña, naturales del concejo de Pravia.

Julián, después de cursar la enseñanza elemental, continuó sus estudios en el Seminario de Valdediós (Villaviciosa) y después en Deusto (Bilbao). Se sabe que viajó por algunos países europeos, aprendiendo los principales idiomas modernos. Posteriormente residió por espacio de algunos años en Cuba, donde parece que comenzó a colaborar como cronista y cuentista en algunos periódicos habaneros, regresando de nuevo a su ciudad natal, para desarrollar las actividades periodísticas como colaborador del semanario que había montado Francisco González Llanos: El Centinela, fundado en junio de 1884 y que sobrevivió durante unos cuatro años, pero del cual no se conoce ningún ejemplar, luego el mismo Julián López fundará otro semanario de carácter satírico bajo el título de El Cáustico que se editó durante varios meses y el que colaborará su compañero de bancada Francisco González Llanos.

Una labor como colaborador que va a perpetuar junto José Benigno García que habiendo fundado el semanario El Vigía, en julio de 1889, tuvo a Julián López como el más asiduo colaborador y director en las ausencias del titular de pluma ágil y polémica publicó un suelto El Vigía , de tono injurioso al menos al parecer de alcalde de Avilés, que costó al director un proceso ruidoso, en el que la petición fiscal sumaba más años de presidio por delitos acumulados que una condena perpetua; pero, al fin, el proceso quedó en una causa sobreseída, luego Julián pasó a colaborar en El Diario de Avilés.

Mas tarde, trasladada su residencia a Oviedo hacia el año 1894, escribió para varios periódicos de esta ciudad. Solía emplear el seudónimo de Henry.

Y así concluye la existencia de esta logia, al menos documentalmente, pues personalmente creo que debió de seguir existiendo, aunque no nos ha llegado muchas más noticia, y resulta extraño que no haya habido muchas más actividad masónica, cuando además unos más años más tarde aparece de nuevo en el oriente avilesino la logia La Concordia, cuya existencia desarrollaré en otra entrega.

Ni que decir que lo servicios policiales montados por el franquismo, de Represión de la masonería y comunismo, abrieron a todos estos miembros su correspondiente expediente, y además se los buscó para su encarcelamiento, pero para la desgracia de dichos servicios todos los miembros de esa época estaban muertos, dándose anécdotas curiosas en la búsqueda de tales masones en 1939.